CASA CIRIACO, UN PASEO POR LA GASTRONOMÍA Y LA HISTORIA DE ESPAÑA.
Rodeado de edificios
tan ilustres como el palacio de
Abrantes, el palacio de Uceda (Capitanía) y la Catedral Castrense, en el número
84 de la calle Mayor nos encontramos con el restaurante Casa
Ciriaco.
“Comer es una necesidad. Saber
comer es un arte” es el emblema de esta Casa, enmarcado junto con las
numerosas fotografías dedicadas, recortes de prensa, recuerdos y cuadros con
solera que abarrotan sus históricas paredes.
Su origen se remonta a 1887, cuando se abre este local como almacén y tienda de vinos. En 1923 los hermanos Pablo y Ciriaco Muñoz Sanz, que llevaban seis años trabajando allí, deciden quedarse con el negocio. Poco tiempo después, en 1929, inauguran el restaurante con el nombre de “Casa Ciriaco”. Tras casi cuatro décadas de oficio, en 1967 traspasaron la gestión a los hermanos Chicharro, camareros de la Casa que continuaron el negocio.
A mediados de 2018, el restaurante pasó a manos de nuevos propietarios. Tras unos meses de
cierre, el local fue actualizado y puesto al día sin perder su esencia. En septiembre de ese año abrió de nuevo sus puertas a la ciudad de Madrid bajo la dirección de Carlos Figueroa.
Este renombrado
restaurante encierra buena parte de la historia de España. En sus mesas se han
sentado una extensa relación de destacadas personalidades: reyes, príncipes,
políticos, artistas, escritores, intelectuales y un sinfín de personajes de la vida pública
española. En sus manteles han saboreado sus afamados y castizos guisos, y sus
salones han sido testigos de prestigiosas tertulias.
El 31 de mayo de 1906 el cortejo con los
reyes Alfonso XIII y Victoria Eugenia
recorría el trayecto entre la Iglesia de los Jerónimo y el Palacio Real, tras
haber contraído matrimonio. Al pasar junto a Casa Ciriaco, el anarquista Mateo
Morral les lanzó una bomba dentro de un ramo de flores desde el balcón de la
pensión del tercer piso de la finca.
Al rebotar la bomba en
los cables del tranvía no llegó a caer sobre el carruaje real, pero la
deflagración costó la vida a veinticuatro personas e hirió a más de cien
ciudadanos, salvándose los recién casados. El momento de la explosión fue
recogido por el diario ABC en una fotografía obtenida fortuitamente por Eugenio Mesonero Romanos, nieto del
escritor Ramón Mesonero Romanos, que dio la vuelta al mundo.
En la fachada de Casa
Ciriaco, una placa de mármol recuerda que Ramón
del Valle Inclán situó en este lugar la
añosa librería “la Cueva de Zaratustra”, donde el
protagonista Max Estella comienza el esperpéntico peregrinaje por la noche
madrileña, en una de las escenas del libro “Luces
de Bohemia” (1924).
Aquí estuvo cenando por última vez el gran pintor Ignacio Zuloaga. Pocos días después, el 31 de octubre de 1945, falleció en su casa-estudio de la cercana plaza de las Vistillas.
La más famosa
tertulia que tenía lugar mensualmente en los salones de Casa Ciriaco fue
fundada por Julio Camba (1884-1962),
escritor y periodista de ideas anarquistas que fue moderándose con el tiempo.
Años más tarde fue continuada con el nombre de “Amigos de Julio Camba” y presidida por Antonio Mingote, hasta su
muerte en 2012. Se reunía la tercera semana de cada mes y llegó a tener hasta setenta
tertulianos .
El recortadísimo
dibujante, escritor y académico Antonio
Mingote (1919-2012) era un cliente habitual y gran amigo de esta Casa. Para
ella diseñó el original escudo que preside el salón principal, con un divertido
personaje con armadura bebiendo de un porrón de vino, racimos de uvas y un pollo asado atravesado por una espada.
Nada más traspasar su
puerta nos encontramos con una clásica barra de madera, antiguas estanterías repletas
de vinos y licores y friso de azulejos. Sobre una antigua nevera blanca, todavía en uso, vemos unos viejos odres de vino. En este espacio algunas mesas clásicas de mármol
acogen a los parroquianos que acuden a tomar una bebida, acompañada de sus
afamadas “cazuelitas”.
A continuación
pasamos al primer salón comedor, dónde se puede disfrutar de la cocina que tan
espléndidamente dirige Cristina Alonso. Recortes de prensa, fotografías y
cuadros se distribuyen por las cuatro paredes, como testimonio de su rico
pasado. En un rincón, una gran fotografía recuerda el atentado al rey Alfonso
XIII en 1906 a las puertas del local.
Desde este salón, un
pasillo nos conduce al diáfano comedor principal, llamado “Julio Camba” en homenaje a este escritor y periodista, cuya vida
estuvo muy unida a Casa Ciriaco.
Entrando a mano derecha nos encontramos con el
rincón dedicado a los toreros y al mundo taurino, con recuerdos de figuras
como Juan Belmonte, Domingo Ortega o
del crítico taurino Vicente Zabala.
Junto a la ventana que mira a la calle Factor,
unos dibujos con personajes populares madrileños creados por el genial dibujante
y escritor Antonio Mingote, sirven
de homenaje a este gran artista.
En la parte central, una pared está dedicada a
los artistas, actores, periodistas e intelectuales, como Pablo Picasso, Andrés Segovia, Ortega y Gasset, Matías Prats, José Luis
López Vázquez, Miguel Gila, Aurora Bautista y un largo etcétera.
El extremo de este espacio que mira a la calle Mayor es el llamado “Salón Real”, dedicado a la Familia Real. Contiene numerosas fotografías y dedicatorias de los actuales reyes Don Felipe VI, Doña Letizia y sus hijas, de los anteriores monarcas y de los Condes de Barcelona, clientes habituales de la Casa. También podemos ver escudos y recuerdos militares, junto a una escultura del Apóstol Santiago.
Desde aquí parte una escalera que conduce al sótano del edificio, dónde encontramos las bodegas. Este espacio, construido en el siglo XVIII, está cubierto con las bóvedas de ladrillo típicas del Madrid de los Austrias. Aloja dos grandes comedores privados y una surtida bodega.
Además de los caldos que Casa Ciriaco sirve al
público, podemos admirar un pequeño museo con una sorprendente colección de botellas de vinos y licores. Hay
ejemplares con más de 100 años
de antigüedad, destacando entre ellas las etiquetadas con las fotografías de
renombrados personajes de la vida política nacional.
Como curiosidad, Casa
Ciriaco ofrece al público la “Tortilla a
lo Ayuso”, en homenaje a la Presidenta de la Comunidad de Madrid y clienta de
la Casa por su apoyo a la hostelería durante la pandemia. El restaurante ha
obtenido reconocidos premios por platos tan madrileñísimos como la gallina en pepitoria o los callos con garbanzos. En su carta
destacan además el rabo estofado, las albóndigas de ternera y, cómo no, el cocido
madrileño,
Servicio esmerado y amable, excelentes
viandas, lealtad y discreción con los amigos y clientes son las señas de identidad
de este restaurante, al que deseamos muchos años de vida.
Muchas gracias a
Carlos Figueroa, gerente de Casa Ciriaco por su amabilidad y por todas las
facilidades dadas para la realización de las fotografías.
Fotografías: Elena Alajarín.
Copyright © José Luis
Rodríguez-Checa 2022.
Prohibida la
reproducción total o parcial del artículo y las fotografías, salvo autorización
escrita del autor.
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