viernes, 30 de abril de 2021

Héroes, heroinas y escenarios del 2 de mayo de 1808.

HÉROES, HEROINAS Y ESCENARIOS DEL 2 DE MAYO DE 1808. 

“La muerte de Daoiz en el Parque de Artilleria”, obra de 1835 de Leonardo Alenza. Fuente :  Museo Nacional del Romanticismo.

En la mañana del 2 de mayo de 1808, el pueblo de Madrid se levantó contra las tropas napoleónicas que habían invadido España. Esta sublevación popular, que se extendió desde ese día por toda la nación, fue el origen de la Guerra de la Independencia.

Escenarios madrileños como la plaza de Oriente, la Puerta del Sol, el Parque de Artillería de Monteleón o la Puerta de Toledo, entre otros muchos, fueron testigos de la lucha del heroico pueblo madrileño por su libertad, a sabiendas de la inferioridad de sus fuerzas.

Decenas de hombres y mujeres anónimos apoyaron a valerosos militares como los capitanes Daoiz y Velarde y el teniente Ruiz en esta histórica jornada. Muchos de ellos perdieron su vida, y otros tantos fueron apresados y ejecutados esa noche en lugares como la montaña del Príncipe Pío o el Campo de la Lealtad.  Al llegar este aniversario, quiero dedicar a todos ellos mi más sentido homenaje y recuerdo.

 

Lápida erigida en 1908 por el Círculo de Bellas Artes frente al Palacio Real.

Plaza de Oriente,  junto a la puerta del Príncipe de Palacio Real. La mañana del 2 de mayo, una multitud enfurecida se agolpó en este lugar, al sospechar que las tropas francesas querían raptar y llevarse a Francia al infante Francisco de Paula, único hijo del rey Carlos IV que quedaba en Madrid. Al grito de “¡Que se lo llevan!”, el pueblo estalló con rabia, se produjo un gran tumulto y poco después los soldados hicieron fuego contra los ciudadanos. Este fue el primer punto donde estalló el levantamiento, que pronto se extendió por todo Madrid.

El "púlpito", situado en la parte superior de la escalinata del Arco de Cuchilleros
 

"Púlpito" o barandilla de la escalinata del Arco de Cuchilleros de la Plaza Mayor. La tradición cuenta que desde este balconcillo un fraile del convento de San Gíl animó a los madrileños con exaltadas palabras a rebelarse contra las tropas francesas que habían invadido la ciudad.

 

Palacio de Santa Cruz, actual Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación

Antigua Cárcel de la Corte en el Palacio de Santa Cruz. Se da la curiosa anécdota que en la mañana del 2 de mayo de 1808, un grupo de reclusos acordaron con el Carcelero Mayor salir a defender Madrid contra los franceses. Armados de navajas y otros objetos punzantes llegaron incluso a arrebatar un cañón al enemigo, causando un gran número de bajas entre los invasores. Por la noche regresaron casi todos ellos de vuelta a la prisión, cumpliendo su palabra y convirtiéndose así en héroes anónimos del levantamiento. 

 

“El 2 de mayo de 1808 en Madrid” o “la lucha con los mamelucos”, pintado en 1814 por Francisco de Goya. Fuente: https://www.museodelprado.es/

Lápida conmemorativa situada en la fachada de la Real Casa de Correos, en la Puerta del Sol.

Puerta del Sol. Aquí se produjo un ataque de enfurecidos madrileños contra los mamelucos, tropas mercenarias egipcias al servicio de Napoleón. Estos exóticos soldados de vestimenta oriental sufrieron el violento ataque de un grupo de madrileños, armados con cuchillos y objetos punzantes. Tras una encarnizada lucha, lograron derribarles de sus caballos y matarlos.

 

Arco del antiguo Parque de Artilleria de Monteleón y grupo escultórico de Daoíz y Velarde, en la plaza del Dos de Mayo.

Arco de Monteleón y monumento a Daoiz y Velarde en la plaza del dos de Mayo. Durante tres horas los capitanes Luis Daoíz y Pedro Velarde, junto con el teniente Jacinto Ruíz, estuvieron luchando contando solo con el apoyo de veinte soldados y cien vecinos voluntarios, entre ellos varias mujeres. Este grupo se enfrentó heroicamente en aquel lugar a dos mil franceses, a pesar de contar con tan solo tres cañones.

El antiguo Parque de Artillería de Monteleón fue demolido en 1868, pero el Ayuntamiento conservó la portada principal a modo de arco triunfal.  La estatua en mármol de los capitanes Daoíz y Velarde fue esculpida en 1822 en Roma por Antonio Solá, a instancias del rey Fernando VII y costeada por el Cuerpo de Artillería. Traída en 1831 a Madrid, estuvo emplazada en lugares como el Museo del Prado, el Jardín del Parterre del Retiro, el Museo de Escultura, la calle Carranza, la fachada principal del Museo del Prado y la plaza de Moncloa. Finalmente en 1932 se instaló en la plaza del Dos de Mayo.

Lápida conmemorativa sobre la fachada de la Iglesia de Nuestra Señora de las Maravillas, en la plaza del Dos de Mayo.
 

"Muerte de Velarde el dos de mayo de 1808", obra de 1862 de Manuel Castellano expuesta en el Museo de Historia de Madrid. Fuente :  http://www.memoriademadrid.es/

El capitán Pedro Velarde murió a consecuencia de un disparo de bala y su cadáver fue trasladado a la cripta de la iglesia de San Martín. Allí se le sepultó en secreto para evitar su profanación por parte de los franceses. Desde 1840, sus cenizas reposan en una un sarcófago situado en el obelisco de la plaza de la Lealtad.

 

Placa municipal en recuerdo de Manuela Malasaña en la calle San Andrés nº 26.

Manuela Malasaña, placa en la calle San Andrés 26. Aquí estuvo la casa donde vivió la joven bordadora de 15 años Manuela Malasaña, frente al parque de Artillería de Monteleón. La leyenda romántica contaba que esta mujer estuvo ayudando a su padre Juan Manuel con la munición en la defensa del cuartel. 

"Juan Malasaña y su hija Manuela se baten contra los franceses". Óleo de 1887 de Eugenio Álvarez Dumont. Fuente: https://www.museodelprado.es/

Tras diversos estudios se ha demostrado que fue detenida el dos de mayo de 1808, acusada por llevar encima unas tijeras propias de su oficio. Tras el levantamiento, los franceses persiguieron con gran dureza la tenencia de armas blancas entre la población, por lo que fue apresada y fusilada esa noche.

 

Placa municipal en recuerdo de Clara del Rey en la calle Velarde nº 20.

Clara del Rey, placa en la calle Velarde  20.  Aquí estuvo la casa donde vivió esta mujer de 47 años. La mañana del 2 de mayo convenció a su marido y a sus tres hijos -de 15, 17 y 19 años de edad- a sumarse a la defensa del Parque de Monteleón. Durante la cruenta batalla, estuvieron  ayudando y dando ánimos a los artilleros. Murió a consecuencia de la metralla recibida de una bala de cañón. Ese día también falleció su marido y uno de sus hijos.

Lápida en el atrio de la Iglesia de Nuestra Señora de la Buena Dicha, en la calle Silva nº 21. 

"Dos de mayo de 1808". Obra realizada en 1884 por Joaquín Sorolla. Fuente:  https://www.museodelprado.es/

Fue enterrada en el cementerio del Hospital para pobres de Nuestra Señora de la Concepción y  Buena Dicha, situado entre la calle Silva y la de Libreros. Este hospital fue derribado a finales del siglo XIX. En su solar se construyó  en 1914 la Iglesia de la Buena Dicha, en cuyo atrio una lápida de mármol la recuerda. Se cree que Clara del Rey es la figura femenina que aparece junto a un cañón en el lateral izquierdo del cuadro de Joaquín SorollaDos de mayo de 1808”.

 

Placa situada en el lugar donde estuvo la casa del capitán Luis Daoiz, en la calle Ternera nº 6.. 

Luis Daoiz, placa en la calle de la Ternera 6 , bocacalle del tramo alto de la calle Preciados.  Aquí estuvo hasta 1997 la antigua casa de Luis Daoiz, donde fue llevado malherido sobre una escalera a modo de camilla en la mañana del  2 de mayo. Procedía del Parque de Monteleón, dónde se produjeron duros enfrentamientos entre el pueblo madrileño y las tropas francesas. 

"Muerte de Daoiz y defensa del Parque de Monteleón", obra de 1862 de Manuel Castellano, expuesta en el Museo de Historia de Madrid. Fuente . http://www.memoriademadrid.es/

Tras fallecer a las pocas horas,  Daoiz fue enterrado en secreto junto con Pedro Velarde en la cripta de la iglesia de San Martín, para evitar que sus restos fueran profanados. Acabada la guerra en 1814, fueron exhumados para rendirles honores militares y proceder a las honras fúnebres en el propio Parque de Monteleón. fueron enterrados provisionalmente en el cementerio de San Isidro, hasta que se inauguró en 1840 el obelisco a los héroes en la plaza de la Lealtad. 

Monumento al teniente Jacinto Ruíz en la plaza del Rey. 

Teniente Ruiz, monumento en la plaza del Rey.  Esculpido por Mariano Benlliure, fue inaugurado en 1891.

A pesar de estar aquejado aquel día de fiebre alta, este teniente se incorporó a su cuartel en Monteleón y se puso a las órdenes de los capitanes Daoiz y Velarde. Ruíz contuvo el ataque junto a un cañón durante las tres horas que duró el asedio. Sufrió una herida de bala en el brazo izquierdo, pero pudo detener la hemorragia y volvió a la lucha. Tras la caída de Daoiz y Velarde, recibió un tiro en la espalda, cayendo al suelo entre los cadáveres. Tras recibir una cura de urgencia de un médico francés, fue trasladado a su casa.

Allí permaneció oculto hasta el 12 de junio, cuando fue sacado de Madrid todavía con fiebre y la herida sin cicatrizar. Llevado a Badajoz, recibió un gran reconocimiento popular por lo que decidió incorporarse al Ejército de Extremadura.  Ingresó en el Real Cuerpo de Guardias Walonas, que combatió en Burgos, Toledo y Cáceres. El 13 de marzo de 1809 Ruíz falleció en Trujillo. Su gesta cayó en el olvido, por lo que su padre se quejó en 1814 en una carta al rey Fernando VII de este hecho. Finalmente en 1909 se trasladaron sus restos y se le rindieron honores militares desde Trujillo hasta el obelisco del Dos de Mayo, en la madrileña plaza de la Lealtad.

 

Placa situada sobre la fachada del Parque de Bomberos, en la glorieta de la Puerta de Toledo.

Placa en la glorieta de la Puerta de Toledo en recuerdo de los madrileños habitantes de los “barrios bajos” que se enfrentaron contra los coraceros franceses. Esta puerta era la principal entrada a la Villa por la parte sur. En este lugar se apostaron muchos madrileños para defenderla luchando contra las tropas francesas.

Grupo escultórico en los jardines de la calle Ferraz. 

Monumento “Al pueblo del Dos de mayo de 1808”, obra de 1908 de Aniceto Marinas. Poco conocido por los madrileños, se encuentra en los jardines de la calle Ferraz, junto a la iglesia de Santa Teresa y San José.  El grupo escultórico en bronce representa a Luis Daoiz herido y apoyado en un cañón. Sobre éste, una mujer alada representa a la Gloria. Hay un niño que sostiene la mano de Manuela Malasaña muerta, junto al cadáver de su padre Juan Malasaña.

Como no dio tiempo a fundir la estatua en bronce, el 4 de mayo de 1808 fue inaugurada en la glorieta de Ruíz Jiménez una réplica realizada en escayola pintada de color bronce. Para sorpresa de los madrileños, la escultura empezó a deshacerse con las primeras lluvias. En noviembre de ese año se colocó el grupo definitivo.

 

Lápida y cerámica que reproduce el cuadro "Los fusilamientos" de Goya, realizada por la Escuela de Cerámica de la Moncloa, en el jardín del Cementerio de la Florida.

"El 3 de mayo de 1808 en Madrid” o “Los fusilamientos”, óleo pintado por Francisco de Goya en 1814. Fuente: https://www.museodelprado.es/.

Cementerio de la Florida (C/ Francisco y Jacinto Alcántara 4). Está situado en el parque del Oeste, junto a la Escuela de Cerámica de la Moncloa. En una cripta bajo la capilla descansan en una fosa común los 43 madrileños que fueron fusilados en la madrugada del 3 de mayo de 1808 junto a la montaña del Príncipe Pío. Por orden del mariscal Murat, los cuerpos quedaron amontonados al aire libre y sin enterrar. No serían trasladados a este lugar hasta el día 12 de mayo.

Lápida en la cripta del Cementerio de la Florida, que acoge los restos de los 43 madrileños fusilados el 3 de mayo de 1808..

Enterramientos de la Moncloa el  día 3 de mayo. Öleo de 1871 de Vicente Palmaroli, conservado en la Casa de la  Villa. Fuente:  http://www.memoriademadrid.es/

Aquel trágico hecho fue inmortalizado por Francisco de Goya en el famoso cuadro que conserva el Museo del Prado.  Este camposanto está mantenido desde 1917 por la Sociedad Filantrópica de Milicianos Nacionales Veteranos, que suele abrirlo al público cada dos de mayo.

Obelisco y llama permanente en el monumento de la plaza de la Lealtad.
 

Plaza de la Lealtad. Durante la noche del 2 de mayo de 1808, aquí fueron fusilados por orden del mariscal Murat muchos madrileños que habían participado en los sucesos de aquel día. Desde entonces este lugar fue conocido como el Campo de la Lealtad, de donde tomaría el nombre la plaza. 

Las Cortes de 1814 decretaron la construcción de un monumento a los mártires de la guerra de la Independencia, que no se inauguró hasta el 2 de mayo de 1840. Obra de Isidro González Velázquez, consta de un gran obelisco rodeado de esculturas representando la Constancia, el Patriotismo, el Valor y la Virtud. En el frente un sarcófago contiene las cenizas de los capitanes Daoiz y Velarde y el teniente Ruíz, junto con las de otras víctimas.

Detalle de las figuras alegóricas y lápida lateral del monumento.

Desde el año 1985, el obelisco está dedicado a todos los caídos por España durante toda la historia. Tiene un pebetero con fuego permanente y el frontal  lleva la inscripción en letras de bronce: “Honor a todos los que dieron su vida por España”.

 

Copyright © José Luis Rodríguez-Checa 2021.

Prohibida la reproducción total o parcial del artículo y las fotografías, salvo autorización escrita del autor.

viernes, 23 de abril de 2021

La huella de Miguel de Cervantes en Madrid.

LA HUELLA DE MIGUEL DE CERVANTES EN MADRID.

Lápidas en la calle Cervantes nº 2. Aquí estuvo la última residencia donde habitó el escritor hasta su muerte. 

Miguel de Cervantes Saavedra nació en Alcalá de Henares en 1547. De joven estudió Letras y Humanidades en el Estudio de la Villa, dónde recibió clases del catedrático de Gramática  Juan López de Hoyos. Tras su participación en la batalla de Lepanto y su cautiverio en Argel, pudo regresar a Madrid gracias al rescate pagado por la Orden de los Trinitarios.


Placa en el edificio de la calle de las Huertas nº 18, donde estuvo una de las residencias madrileñas del escritor.

Buena parte de su vida la pasó en la capital de España, dónde escribió la mayor parte de su obra literaria. Residió en varias casas del hoy día llamado barrio de las Letras: en la plaza del Matute, la calle León, la calle de Huertas, y finalmente en la calle Francos, rebautizada más tarde como calle Cervantes.


Lápida en el edificio de la calle de la Villa nº 2, donde estuvo situado el Estudio de la Villa.

Lápida en el número 2 de la calle de la Villa, situada entre la calle Pretil de los Consejos y la plaza de la Cruz Verde. La calle se llamó antiguamente “Estudio de la Villa”, ya que en el solar que ocupa la finca del número 2 estuvo durante el siglo XVI el Estudio de la Villa.

Aquí impartió sus clases el historiador y catedrático Juan López de Hoyos, uno de cuyos alumnos era Miguel de Cervantes, al que llamaba “mi caro y amado discípulo”.

 


Medallón y placas en recuerdo del escritor en la calle Cervantes nº 2.

Medallón y lápida de mármol, tallada por Esteban de Agreda en 1834, sobre la fachada del edificio de la calle Cervantes 2,esquina a la calle del León. Esta finca se construyó en 1833 en el solar donde estuvo la última casa que habitó el escritor en el siglo XVII.

Se da la circunstancia que el escritor y madrileñista Ramón Mesonero Romanos intentó sin éxito convencer al dueño de la casa para evitar su derribo. Fernando VII llegó a dictar una Real Orden para comprar el solar y construir allí “algún establecimiento literario”, proyecto que rechazó el ignorante propietario. En aquella época tenía el nombre de calle Francos

 


Gran lápida con la efigie de Cervantes y una escena del Quijote. Situada en la fachada de la Sociedad Cervantina de la calle Atocha 87.

Lápida de bronce en la que aparece en un medallón Miguel de Cervantes con la pluma en la mano, y más abajo, una escena de El Quijote. Es una copia del original de mármol, labrado en 1905 con forma de retablo plateresco por Lorenzo Coullaut Valera.

La podemos ver en la fachada de la Sociedad Cervantina, fundada en 1953 en la calle  Atocha 87. El edificio era el antiguo Hospital del Carmen, dónde se instaló la Imprenta de Juan de la Cuesta. Aquí se imprimió en mayo de 1605 la primera edición de El Quijote.



Lápida en la fachada del edificio de la calle San Eugenio nº 7, donde estuvo la imprenta de Juan de la Cuesta. 

Lápida en el número 7 de la calle San Eugenio.  Esta calle se encuentra situada frente a la Sociedad Cervantina, entre la calle Atocha y la de Santa Isabel. La placa se instaló en 1905 para recordar que en el solar que ocupa esta casa de viviendas estuvo la imprenta de Juan de la Cuesta.  Este establecimiento se había trasladado en 1609 a esta calle, procedente de la cercana calle de Atocha. Aquí se imprimió en 1615 la segunda parte de El Quijote.


Monumento al escritor en la plaza de las Cortes.

"Capsula del tiempo" hallada bajo la estatua. Fuente:  https://www.20minutos.es/

 Monumento a Cervantes en la plaza de las Cortes, realizado en 1835 por Antonio Solá y fundido en bronce en Roma. Fue la primera escultura que se levantó en Madrid en homenaje a un escritor, ya que hasta entonces solo se erigían estatuas a los monarcas y a los santos. El pedestal es obra de Isidro González Velázquez  y los relieves de Francisco Piquer.

Cuando se trasladó esta estatua en diciembre de 2009 debido a las obras de remodelación de la plaza, se encontró bajo ella una “capsula del tiempo”. Dentro de una caja de plomo se hallaron monedas, prensa, varios ejemplares del Quijote, el Estatuto Real de 1834, litografías, aguafuertes y otros objetos de la época de construcción.


Monumento a Cervantes en la plaza de España. 

Gran monumento a Cervantes en la plaza de España. En 1915 se convocó un concurso hacional para conmemorar con una gran obra el tercer centenario de la muerte del escritor. Fue ganado por el arquitecto Martínez Zapatero junto con el escultor Lorenzo Coullaut Valera. Tras recaudar fondos entre los países castellanohablantes para sufragar su construcción, las obras comenzaron en 1925. A pesar de estar inacabado, fue inaugurado el 13 de octubre de 1929. Entre 1957 y 1960 fue completado con las estatuas de Aldonza y Dulcinea, y los grupos escultóricos de La Gitanilla y de Rinconete y Cortadillo. Estas obras fueron realizadas por el hijo del escultor inicial, Federico Coullaut Valera, supervisado por el arquitecto Pedro Muguruza,

Podemos ver al escritor sentado, sosteniendo en la mano un ejemplar de El Quijote. A los lados sobre pedestales las figuras de Aldonza Lorenzo y Dulcinea del Toboso. Delante de él están las conocidísimas esculturas en bronce de Don Quijote y Sancho. En la parte superior del obelisco de 35 metros se encuentran unas figuras leyendo libros. Simbolizan a los cinco continentes y sostienen la bola del mundo.



Placa municipal en el Paseo del Prado sobre la verja del Real Jardín botánico.  

En la esquina del Paseo del Prado con la plaza de Murillo, situada sobre la verja del Real Jardín Botánico, podemos ver una lápida metálica en forma de rombo que recuerda al escritor. Hay escrito un párrafo poético procedente de su libro “Viaje al Parnaso”  de 1614 que dice así :  “Adiós Madrid; adiós tu Prado y fuentes, que manan néctar, llueven ambrosía…”   

Escultura de Cervantes junto a la entrada principal de la Biblioteca Nacional. 

Esta escultura del escritor, poco conocida por el público, se encuentra en el lateral derecho de la puerta principal de la Biblioteca  Nacional, en el paseo de Recoletos. En 1891, cuando las obras de este magno edificio estaban a punto de concluir, la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando convocó un concurso público entre escultores españoles para completar su ornamentación. El ganador de las 15.000 pesetas (90 €) del premio fue Juan Vancell.

Este discípulo del gran escultor decimonónico Jerónimo Suñol, esculpió esta obra en 1892. Presenta al escritor vestido de época, con la pluma en la mano derecha, un libro cogido en el brazo izquierdo y el pie apoyado sobre novelas de caballerías.

 


Lápida en la fachada del convento y entrada a la iglesia de las Trinitarias.

Lápida conmemorativa en la fachada del convento de la Santísima Trinidad y San Ildefonso de monjas Trinitarias Descalzas (C/ Lope de Vega 18), donde reposan sus restos. En su testamento dejó escrito que quería ser enterrado en esta Iglesia, ya que cuando fue hecho preso en Argel,  la congregación de los Trinitarios aportó el dinero para que él y su hermano  Rodrigo fueran liberados.

 Esta obra de mármol en forma de retablo plateresco fue esculpida en 1869 por el insigne escultor Ponciano Ponzano.


Lápida erigida en 2015 en el interior de la iglesia del convento de las Trinitarias. Fuente: www.abc.es

Lápida en el interior de la iglesia del convento de las Trinitarias Descalzas. Cervantes falleció el 22 de abril de 1616 y fue enterrado en la primitiva iglesia de este cenobio. Al construirse un nuevo templo en 1697, se cree que sus restos y los de su esposa Catalina de Salazar fueron trasladados a una fosa común de la cripta.

En junio de 2015, después de unas polémicas excavaciones en dicha cripta en busca de los restos del escritor, se depositó a los pies del templo una urna con los restos óseos encontrados. La Real Academia Española de la Lengua instaló en este lugar una gran lápida conmemorativa del hallazgoque lleva escrito un párrafo de su obra “Los trabajos de Persiles y Segismunda” (1616).

 

Copyright © José Luis Rodríguez-Checa 2021.

Prohibida la reproducción total o parcial del artículo y las fotografías, salvo autorización escrita del autor.

sábado, 17 de abril de 2021

La Casa Pérez Villaamil, joya modernista del Barrio de Las Letras.

LA CASA PÉREZ VILLAAMIL, JOYA MODERNISTA DEL BARRIO DE LAS LETRAS.

Detalle de los balcones corridos y la decoración de la fachada de la Casa Pérez Villaamil, en la plaza de Matute.

La Casa Pérez Villaamil es un edificio de viviendas que se encuentra en el número 12 de la pequeña plaza de Matute, en el corazón del barrio de las Letras. Fue construida para residencia familiar por encargo del ingeniero Enrique Pérez Villaamil, nieto del famoso pintor romántico Jenaro Pérez Villaamil.

Vista general del bloque de viviendas. la planta baja está ocupada por un local de hostelería. 

El edificio fue construido en 1908 por el arquitecto Eduardo Reynalds (1865-1916), siguiendo un inconfundible estilo “Art Noveau” o modernista. Curiosamente, el propietario desechó la arraigada costumbre de situar la vivienda principal en la primera planta. Residió en la última planta y en el ático, comunicando ese piso “dúplex” mediante una escalera de caracol.

Puerta de acceso a una vivienda, con un notable trabajo de forja.   Fuente:  http://isartnouveau.blogspot.com/

 La fachada está decorada con motivos naturalistas y líneas curvas, con un cuerpo vertical a la izquierda en el que se encuentran los miradores y balcones corridos en cada planta, realizados con  una trabajada forja de líneas sinuosas.

Portal de acceso, decorado con motivos vegetales de forja.

Una de las dos farolas que ilumina el portal, cuyo báculo está encastrado en la pared.

Todo el conjunto arquitectónico está realzado con notables trabajos de artes decorativas:  forja artística , maderas talladas, esculturas sinuosas en la fachada y frescos con motivos florales en el portal y las escaleras.


Imágenes del interior de una vivienda, en las que destacan los trabajos de ebanistería. Fuente:  inmobiliaria Propiedades Singulares.

Son muy destacables las vidrieras artísticas, repartidas por la escalera, ventanales y puertas, que fueron creadas por la prestigiosa Casa Maumejean. Está considerada como la mejor colección de vidrieras de Madrid.

Vidrieras de la escalera, realizadas por la Casa Maumejean.   Fuente:  https://microplanmadrid.com/

Esta empresa originaria de Francia tuvo desde 1898 una sucursal en Madrid. El taller se estableció primero en la calle José Abascal y poco después en el paseo de la Castellana 64. Allí se crearon artísticas obras de vidrio que todavía se conservan en prestigiosos edificios de la capital, como el Banco de España, la Casa de la Villa, el Casino de Madrid o el hotel Palace, entre otros muchos.


Detalle de las pinturas del portal, realizadas por la Casa Wateller. Fuente:  http://isartnouveau.blogspot.com/

Los especialistas en arquitectura destacan la influencia del famoso arquitecto modernista belga  Víctor Horta en el diseño de la forja del arranque de la escalera -hoy desaparecido- y en los miradores de la fachada. Su estética es muy parecido a los ventanales que diseñó este arquitecto a finales del siglo XIX en edificios de Bruselas, como la Casa Tassel.

Detalle de los miradores, en los que se aprecia la influencia del arquitecto belga Victor Hora. 
 

El inmueble fue declarado en 2013 Bien de Interés Cultural con categoría de monumento. Es el único edificio modernista de la ciudad de Madrid que se encuentra permanentemente habitado.

 

Copyright © José Luis Rodríguez-Checa 2021.

Prohibida la reproducción total o parcial del artículo y las fotografías, salvo autorización escrita del autor.

El Hotel Palace, historia viva de Madrid desde 1912.

EL HOTEL PALACE, HISTORIA VIVA DE MADRID DESDE 1912. Entrada principal al hotel, en el chaflán de la calle Duque de Medinaceli con la plaza ...