EL OLVIDADO PEGASO DEL MINISTERIO DE AGRICULTURA.
Aprisionado en una
estructura metálica y rodeado de adelfas en flor y maleza, uno de los “pegasos” de mármol originales del
edificio del Ministerio de Agricultura
de Atocha yace olvidado desde hace varios años. Se encuentra dentro de unas
instalaciones propiedad del Ayuntamiento de Madrid en el distrito de
Arganzuela. La escultura se encuentra junto a una nave que albergó hace años la
Escuela Municipal de Cantería, en la calle Áncora
41.
Esa estructura que le rodea sirvió en 2005
para transportarle hasta este lugar en su último viaje madrileño, procedente de
la plaza de Legazpi, dónde se exhibía frente a su compañero gemelo. Este caballo alado está montado por una figura
masculina que simboliza la Industria
y está acompañado de una figura femenina
que representa la Agricultura.
Los técnicos municipales decidieron suprimirle
de la plaza debido a la ampliación de la estación de metro de Legazpi, cuya
nueva cubierta no podía soportar el gran peso de la monumental escultura.
En la plaza de
Legazpi quedó solitario desde entonces su compañero equino, con un ala
cercenada. A pocos metros de allí, cruzando el río por el puente de la
Princesa, la glorieta de Cádiz luce
en su rotonda central el tercer conjunto escultórico que modeló Agustín Querol para la azotea del Ministerio de Atocha junto a los
dos pegasos. Se trata de la Gloria,
victoria alada que porta una rama de palma y una corona de laurel. Junto a
ella, dos mujeres representan a la Ciencia
y al Arte.
La historia de estas
portentosas esculturas de mármol se remontan a finales del siglo XIX. El
arquitecto Ricardo Velázquez Bosco,
autor de conocidas obras madrileñas como el Palacio de Velázquez del Retiro o
la Escuela de Minas de Rios Rosas, construyó en 1897 junto a la glorieta de Atocha el denominado entonces Ministerio de Fomento.
En la fachada
principal el arquitecto ideó un gran pórtico con columnas gigantes corintias
pareadas, rematado con un gran ático. Para coronarlo, encargó al escultor Agustín Querol los tres grupos escultóricos.
El artista envió en 1898 los moldes de sus obras a Roma, donde fueron esculpidos
por especialistas utilizando mármol de
Carrara, terminándose en 1905.
Seguidamente fueron enviadas a España en barco, llegando al puerto de Alicante dónde se cargaron en
un tren de mercancías. Por entonces se tuvo que limar parte de las alas de los
pegasos para que pudieran pasar por los túneles ferroviarios. Una vez en
Madrid, hubo que construir un gran andamiaje con una enorme rampa para que las
estatuas pudieran ser elevadas al ático del edificio.
A comienzos de los
años setenta, las figuras estaban bastante deterioradas debido a la contaminación y el paso del
tiempo. Un fragmento de mármol de veinte
kilos de peso se desprendió y cayó al suelo a las puertas del Ministerio,
sin que afortunadamente hubiera víctimas. En 1974 se decidió desmontar las
esculturas y encargar al prestigioso escultor Juan de Ávalos unas copias huecas en bronce, aligerando así el gran
peso de más de 200 toneladas que soportaba el
edificio.
Las esculturas
estuvieron abandonadas muchos años en el almacén municipal de esculturas de la Casa de Campo, sufriendo un gran
deterioro. Debido a su gran valor artístico el Consistorio decidió en 1989 recuperarlas, destinando cien
millones de pesetas de la época (600.000 €) para su restauración.
En 1991 se construyeron
tres grandes plintos de granito en una zona ajardinada de la calle Príncipe de Vergara, entre las calles
Maldonado y Juan Bravo, denominada hoy día Jardines
de Gregorio Ordoñez. Sólo
se llegó a colocar la Gloria central, abandonándose el proyecto debido al gran
peso que tendría que soportar el aparcamiento subterráneo. La Gloria volvió de
nuevo a los almacenes municipales, instalándose pocos años más tarde en la
glorieta de Cádiz, puerta de entrada al
distrito de Usera.
El 26 de enero de 1997, los brazos de los semáforos en
las calles Áncora y paseo de las Delicias tuvieron que ser desmontados
temporalmente para el paso de la comitiva. A poca velocidad y subidas en
camiones especiales, los equinos alados abandonaron la Escuela Municipal de
Cantería de la calle Áncora y enfilaron hacia Legazpi, escoltados por la
Policía Municipal y técnicos municipales. Ambas esculturas fueron instaladas en
la plaza de Legazpi, uno frente al otro, utilizando para ello la grúa más
potente de España en la época.
En 2005, las obras de la nueva estación de
metro de Legazpi obligaron a separar a los dos pegasos, que no han vuelto a
verse desde entonces. Diecisiete años
después de la brusca separación de su hermano gemelo, el equino alado de la
plaza de Legazpi ahoga sus penas montado
por la Sabiduría y acompañado de una fémina que representa a la
Literatura y la Poesía.
Muchas gracias a
Ángel Payar, Jefe de Servicio del Ayuntamiento de Madrid por permitirme el acceso a las
dependencias municipales y las facilidades dadas para la realización de las
fotografías.
Copyright © José Luis
Rodríguez-Checa 2022.
Prohibida la
reproducción total o parcial del artículo y las fotografías, salvo autorización
escrita del autor.
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