REAL CASINO DE MADRID, EL FASTUOSO PALACIO DE ALCALÁ 15.
Junto a la nueva “milla
de oro” de Madrid, que parte de la Puerta del Sol y se extiende hasta la calle
Sevilla, en el número 15 de la calle Alcalá se alza el Real Casino de Madrid. Atravesar su gran portón de rica forja es
adentrarse en un excepcional palacio, que atesora un riquísimo patrimonio
artístico de carácter privado desde su inauguración en 1910.
La historia del Casino se remonta a comienzos del s. XIX, cuando en el Café de Sólito, que estuvo situado entre las calles Príncipe y Manuel Fernández y González, se reunía un grupo de tertulianos. En 1836 estos jóvenes progresistas, hastiados de un clima social excesivamente politizado, decide fundar en la calle del Príncipe el Casino.
Eligen el nombre de casino alejándose de cualquier connotación política, con el único fin de crear un espacio social y recreativo exclusivo para socios. El Casino se
ubicaría posteriormente en otras sedes de la calle Príncipe 12, en el palacio
del Marqués de Santiago de la Carrera de San Jerónimo y en el Palacio de la
Equitativa de la calle Alcalá.
Cuando el número de socios se acercaba al millar, la Junta decidió convocar en 1903 un concurso internacional para construir un nuevo edificio. A él se presentaron proyectos de 27 prestigiosos arquitectos, pero ninguno logró convencer a la mayoría y el concurso quedó desierto.
Los socios decidieron refundir varias de las propuestas presentadas bajo la supervisión del arquitecto municipal José López Sallaberry, socio del Casino que entonces estaba involucrado en el diseño de la cercana Gran Vía. Para evitar la incompatibilidad profesional, los planos fueron firmados por su cuñado Luis Esteve.
Para su construcción, los socios invirtieron cuantiosas sumas de dinero, no escatimando en ningún detalle del mismo. Se emplearon los materiales más nobles, la decoración corrió a cargo de los artistas más prestigiosos del momento, y se amueblaron las estancias con detalles del mejor gusto de la época. Inaugurado en 1910, destaca en la calle Alcalá por su fachada asimétrica de estilo ecléctico.
Tras atravesar la entrada principal y subir un
tramo de escaleras, accedemos al Patio
de Honor, dónde nace la fabulosa escalera imperial. Esta es la imagen más representativa
y conocida por el gran público, un auténtico emblema del Casino de clara influencia francesa.
En la planta baja
encontramos el Salón Príncipe, un
gran salón de actos multifuncional de moderno diseño. En esa mima planta el Bar las Estancias, decorado con maderas al estilo inglés, nos sumerge
en una relajada atmósfera de charlas y copas entre los socios.
En la primera planta merece la pena asomarse al Salón Alcalá, cuyos enormes ventanales, y su terraza adornada con grandes arcos que sobresalen en la fachada de la calle Alcalá.
Artes decorativas y obras artísticas se reparten por todos los rincones del edificio, como el conocido grupo escultórico de Mateo Inurria “Las tres edades de la Mujer”, o el boceto de bronce que realizó Mariano Benlliure para el monumento madrileño a Emilio Castelar en la plaza del mismo nombre.
Una soberbia colección de relojes procedentes de la antigua Sociedad Española de Relojería se
distribuyen por todo el edificio, cubierto además con valiosas alfombras de la Real Fábrica de Tapices.
El espectacular Salón Real está considerada la estancia más noble del Casino. Profusamente adornado con molduras y estucos de estilo rococó, su techo abovedado está cubierto de pinturas. El espacio está iluminado con luz natural por dos bovedillas de cristales de colores y también por dos enormes arañas de cristal de La Granja.
La tercera planta
puede considerarse como la zona más ilustrada del edificio. En la conocida como
“Salón del Torito”, por una estatua
de un astado obra de Isidore Bonheur
de la mesa central, se reúnen los socios periódicamente en variadas tertulias. Precisamente
una copia de esta escultura se entrega anualmente como Premio Taurino del
Casino a figuras destacadas del mundo de
los toros.
Esta planta dispone de varias salas de lectura. Por los pasillos encontramos los armarios-archivo clásicos de fichas, dónde están catalogados todos los libros de la Biblioteca.
Lo más impresionante de esta
planta es la gran Biblioteca neogótica.
Procedente de su anterior sede del palacio de la Equitativa, fue construida a
finales del siglo XIX por el cerrajero Asins
en hierro para prevenir incendios, copiando el modelo de la biblioteca del Palacio del Senado.
A finales del s. XX
el Casino se encontraba en un estado de decadencia. La situación se resolvió
traspasando en 1986 su gestión a la sociedad Gran Círculo. Con ello se mantenía la actividad del casino y sus miembros y a la vez se daba entrada a
actividades sociales y eventos privadas que aportaban capital. Hoy día esta concesión la tiene la empresa Nh Hoteles. Con ello se consiguió restaurar
el edificio, modernizar sus instalaciones, aumentar los socios y unirse con
todos los honores a la rica actividad social y cultural madrileña.
En la parte superior
del edificio se aloja desde 1990 La
Terraza del Casino, el exclusivo restaurante del chef Paco Roncero galardonado con dos estrellas Michelín, cuyos salones
tienen vistas espectaculares a la calle Alcalá.
El inmueble fue declarado en 1993
Bien de Interés Cultural. En marzo de 2021 la
Casa de S. M. el Rey concedió al Casino el título de Real, que desde entonces luce en su escudo y en su imagen
corporativa. Este club privado ofrece a los socios numerosas actividades
culturales como conciertos, conferencias, exposiciones, tertulias o catas de vino. Además el
edificio está dotado de gimnasio, piscina, peluquería, salas de juego, bar y
comedor, entre otros servicios.
Mi mayor
agradecimiento a Rosa Figueroa, del Departamento de Comunicación del Real
Casino de Madrid, por su gran amabilidad al enseñarme el edificio y todas las
facilidades dadas para la realización de las fotografías.
Fotografías: Elena Alajarín.
Copyright © José Luis
Rodríguez-Checa 2022.
Prohibida la reproducción total o parcial del artículo y las fotografías, salvo autorización escrita del autor.
Otra Maravilla arquitectónica de nuestro bonito País. Gracias por compartirlo
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