jueves, 26 de enero de 2023

Antonio Sánchez, la taberna más antigua de Madrid.

ANTONIO SÁNCHEZ,  LA TABERNA MÁS ANTIGUA DE MADRID.


Portada de la Taberna Antonio Sánchez en la calle Mesón de Paredes.

En el número 13 de la calle Mesón de Paredes, la zona alta del barrio de Lavapiés que termina en Tirso de Molina, encontramos la Taberna de Antonio Sánchez. Este sorprendente establecimiento está considerado como la taberna más antigua de Madrid, ya que su origen se remonta a 1787.

La portada está cubierta totalmente de madera, con puertas de cuarterones tachonados con clavos. Desde allí accedemos a un mundo en el que la gastronomía típicamente madrileña, los buenos caldos y la cálida atención a sus “parroquianos”, han hecho de esta Casa un referente único desde hace doscientos treinta y seis años.

Los “parroquianos” de Antonio Sánchez al pie de la barra. Fuente:  https://www.traveler.es/

Según el investigador y escritor Antonio Pasies, a mediados del siglo XVII ya existía en este lugar la posada y pastelería de María de Rueda, también conocida como “Posada de Marilópez”. Estaba muy próxima al mesón que regentaba Simón Miguel Paredes, conocido por Mesón de Paredes, que acabó dando nombre a la calle.

La primera referencia escrita que se conoce de la taberna nos habla del “traspaso de este negocio dedicado al despacho de vinos”, noticia publicada en 1787 en el Diario Curioso, Erudito, Económico y Comercial. En el siglo XVIII surgieron en Madrid establecimientos con el nombre de “botillerías”, que servían bebidas y refrescos helados. Se cree que este antiguo despacho de vinos subió de categoría y tomó el nombre de botillería, con el que era conocido ya a comienzos del siglo XIX.


Imagen de la bodega y tinaja número 6, conocida como "la del Vino del Francés".

La cueva o bodega de la taberna esconde una oscura leyenda. Se cuenta que el 2 de mayo de 1808, durante la sublevación del pueblo de Madrid contra las tropas invasoras de Napoleón, un soldado francés fue asesinado en la cercana plaza de Tirso de Molina. Para evitar represalias, su cuerpo fue ocultado dentro de una tinaja de la bodega, numerada con el número seis. Curiosamente, uno de los mejores caldos que servía esta Casa era conocido como “Vino del Francés”.

Antigua estufa de hierro situada junto a las escaleras de bajada a la bodega.

Hacia 1830 esta bodega se convirtió en taberna. Su vinculación con el mundo taurino  comenzó en 1870, al ser adquirida por el picador Matías Uceta, apodado “Colita”. Más tarde fue regentada por el torero “Cara Ancha”. En 1884 la taberna es comprada por Antonio Sánchez Ruiz, natural de Valdepeñas e hijo de unos taberneros, tomando su nombre actual.

El torero Antonio Sánchez delante de su retrato pintado por Zuloaga y expuesto en la actualidad en el mismo rincón. Fuente .  https://www.traveler.es/

Colección de añosas botellas expuestas en un rincón tras la barra. 

A partir de entonces se convirtió en un lugar de reunión de aficionados al mundo de los toros, reunidos en animadas tertulias. Tiempo después el hijo Antonio Sánchez Ugarte, torero de profesión y persona de gran carisma, heredó el negocio y la taberna se convirtió en un lugar de reunión de prestigiosos artistas e intelectuales. Escritores como Pío Baroja y Julio Camba, el académico José María de Cossío, el escultor Juan Cristóbal, el doctor Gregorio Marañón, los pintores Joaquín Sorolla y Daniel Vázquez Díaz o el torero Juan Belmonte entre otros, frecuentaron estos salones.


Rincón con recuerdos taurinos donde vemos la placa de cerámica en homenaje al pintor Ignacio Zuloaga.

La Taberna fue durante muchos años un lugar de encuentro del renombrado pintor Ignacio Zuloaga (1870-1945) y sus amigos. Precisamente el propietario Antonio Sánchez, apodado cariñosamente como “El Tato”, fue alumno suyo y le tuvo un gran afecto. Aquí celebró este gran artista en junio de 1944 su última exposición, con dos cuadros de figuras del toreo. Tras su muerte, sus amigos quisieron inmortalizar su recuerdo colocando una placa de cerámica en estas paredes.

Portada del libro "Torerías", de Camilo José Cela, expuesto en una de las paredes.

La Taberna ha sido también una fuente de inspiración literaria. Fue inmortalizada por el escritor y crítico taurino Antonio Díaz-Cañabate (1897-1980) en el libro “Historia de una taberna”, publicado en 1944. El premio Nobel Camilo José Cela (1916-2002) habla de esta taberna en su libro “Torerías” de 1991. A la poetisa Gloria Fuertes, (1917-1998) nacida en la cercana calle Espada de este barrio de Lavapiés, le gustaba venir a tomar un vino y escribir sus obras sobre la mesa de mármol de su rincón preferido.  


Fotografía en recuerdo de la escritora Gloria Fuertes en su rincón favorito de la taberna.

Nada más entrar, nos recibe un clásico mostrador de madera y estaño. Viejos azulejos blancos con dibujos azulados decoran la pared tras la barra, y sobre ella se disponen estanterías de madera oscura repletas de añosas botellas. El conjunto lo completa una caja registradora de más de ciento veinte años de antigüedad.  un viejo reloj ovalado de pared y una bella lámpara de forja que inicialmente fue de gas.

Mostrador de madera tallada situado a la entrada de la taberna.

Antigua lámpara de gas junto a la entrada. 

Desde aquí accedemos a dos salones estrechos y alargados, en los que destaca una cuba con “vino de consagrar”, un antiguo elevador de botellas desde la bodega, y una encantadora estufa de hierro forjado. Al fondo se accede a los dos comedores del restaurante, adornados con numerosos óleos de tema taurino.   

Primer salón de la taberna, con la cabeza del toro "Fogonero" y un medallón pintado con un torero. 

Antiguo elevador que subía las botellas desde la bodega.

La decoración original no se ha modificado prácticamente en estos siglos, con las mesas de velador con tapas de mármol, los suelos de baldosas de barro y las paredes forradas de madera oscura tallada. Numerosas fotografías, recortes de prensa, cuadros e imágenes enmarcadas hacen de esta taberna un auténtico museo de la historia de Madrid. Son destacables las cabezas disecadas del toro “Aldeano” de la alternativa del torero Vicente Pastor en 1902, y el toro “Fogonero” de la alternativa de Antonio Sánchez de 1922. El conjunto lo completan los medallones pintados al fresco con las efigies de los toreros Frascuelo, Lagartijo y Cara Ancha.

Retrato de Antonio Sánchez pintado por Zuloaga y cabeza del toro "Aldeano".

Detalle de las molduras del techo, decoradas con relieves de seres fantásticos y grutescos.

En 1979 Lola Sánchez, inseparable hermana de Antonio Sánchez, dejó el negocio y el local estuvo cerrado un tiempo.  Amenazado de desaparición, fue adquirido en 1981 por la familia Priego, que ha sabido mantener su espíritu histórico y continuar el negocio hasta hoy.  Los salones de Antonio Sánchez han visto pasar desde entonces a personajes de la vida cultural española de la talla de Ana Belén, Camilo José Cela, Joaquín Cortés, Camarón de la Isla, Paco de Lucía, Joaquín Sabina o Enrique Tierno Galván, entre otros muchos.

 

Rincón del salón-comedor situado al fondo de la taberna, adornado con cuadros taurinos.

La Taberna Antonio Sánchez no es solo un museo vivo para amantes de la tauromaquia y público en general. Aquí se disfruta del tapeo, las cañas, el buen vino y la buena mesa. Entre la reconocida cocina de su restaurante, destacan platos tradicionales como el cocido madrileño, los caracoles en salsa, los callos a la madrileña o el rabo de toro. Como postre no hay que perderse su plato estrella, la “torrija Antonio Sánchez”. Muy apreciadas en la época por el rey Alfonso XIII y la Familia Real, su fama ha llegado hasta nuestros días.

Vista general de los salones de la taberna.

Mi mayor agradecimiento a Óscar Priego y a Noelia por abrirme las puertas de la Taberna y darnos todas las facilidades para la realización de las fotografías.


Fotografías . Elena Alajarín.

Copyright © José Luis Rodríguez-Checa  2023.

Prohibida la reproducción total o parcial del artículo y las fotografías, salvo autorización escrita del autor.

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