jueves, 24 de noviembre de 2022

La Cárcel de la Inquisición del barrio de Lavapiés.

 LA CÁRCEL DE LA INQUISICIÓN DEL BARRIO DE LAVAPIÉS.


Centro de Mayores Antón Martín (Calle Cabeza 12 esquina a la calle Lavapiés).

Caminando por la parte alta del barrio de Lavapiés, nos encontramos un curioso edificio en el número 12 de la calle de la Cabeza, haciendo esquina con la calle Lavapiés. Exteriormente presenta dos plantas y es un fiel exponente de la arquitectura popular que abundaba en el caserío madrileño durante los siglos XVII y XVIII.

Entrada del edificio por la calle de la Cabeza número 12.

Se trata del Centro de Mayores Antón Martín, inaugurado en 2012. Es un lugar de encuentro y de actividad para la numerosa tercera edad de este barrio, gestionado por el área de servicios sociales del Ayuntamiento de Madrid. El edificio se distribuye alrededor de un patio central cubierto, dónde podemos ver una antigua pila o abrevadero de piedra. Posee una estructura de vigas de madera y corredores típicos de las construcciones tradicionales madrileñas.

Rincón del patio, con la estructura de vigas de madera y corredores.

Pila o abrevadero de piedra que decora el patio.

Pero lo más sorprendente de este edificio se encuentra en la planta sótano, a la que se accede bajando unas escaleras a mano izquierda del vestíbulo. Allí podemos contemplar cinco celdas abovedadas de ladrillo y pedernal, que pertenecieron a una antigua cárcel de la Inquisición. Cada una de ellas tiene una superficie de poco más de tres metros cuadrados, están desprovistas de puertas y mantienen todavía unos pequeños óculos de ventilación que las comunican entre sí.

Escalera de acceso al sótano e interior de una de las celdas.

Vista de cuatro de las celdas de la antigua cárcel.

Según el gran madrileñista Ramón de Mesonero Romanos, esta prisión llevaba funcionando desde el siglo XVIII. Los calabozos eran utilizados por el Santo Oficio para encerrar a personas acusadas de herejía, de brujería, de estar endemoniadas, o de realizar actos contra la fé católica. Desde aquí eran conducidas a la cercana Plaza Mayor donde se oficiaban los Autos de Fé. En dichos autos, los acusados podían ser condenados por el Alto Tribunal a penas de prisión, de azotes, de destierro, ir a galeras o ser quemados en la hoguera.

Pequeños óculos u "ojos de buey" que comunican y ventilan las celdas entre sí.

Estas paredes de ladrillo visto impresionan por haber sido testigos del sufrimiento, la angustia y el terror de numerosos seres. Aquí padecieron tormentos y torturas, siendo para muchos de ellos una auténtica antesala de la muerte.

Decoración de una de las celdas con huesos de un esqueleto artificial. 

Este recinto era conocido también como cárcel de la Corona o cárcel eclesiástica de la Corona, ya que se utilizó posteriormente para encerrar a los clérigos que habían cometido delitos, separándolos de los presos comunes.

Pasillo principal de la cárcel, con las celdas situadas a la izquierda.

Detalle de uno de los óculos de ventilación que comunican las celdas. 

El preso más conocido de esta cárcel fue Matías Vinuesa. Este sacerdote de la localidad de Tamajón (Guadalajara) de ideas favorables al Absolutismo, llegó a ser capellán del rey Fernando VII.  Durante el  llamado Trieno Liberal (1820-1823) fue acusado de alta traición e intento de rebelión, por lo que fue encerrado en esta prisión y condenado a una pena de diez años de cárcel.

“Horroroso asesinato de D. Matías Vinuesa”. Grabado anónimo del s. XIX. Fuente: Museo de Historia de Madrid.

El 4 de mayo de 1821, un grupo de exaltados armados de sables, pistolas y martillos se tomó la justicia por su mano y asaltó el edificio. Matías Vinuesa fue asesinado en este lugar, convirtiéndose desde entonces en un “mártir” de la causa absolutista.

Ventanuco situado a la izquierda de la entrada principal de la calle Cabeza, que sirve de ventilación a las celdas.

Tras el decreto de abolición total de la Inquisición, firmado por la reina Regente María Cristina el 15 de julio de 1834, el edificio fue destinado a almacén, cuadras y cocheras. Estos nuevo usos son descritos por el gran escritor Benito Pérez Galdós en uno de sus Episodios Nacionales, concretamente el titulado "El Grande Oriente", publicado en 1876.

Imagen del edificio antes de la rehabilitación de 2012, con la Taberna del Avapiés. Fuente : http://pedernalmurallamadridaustrias.blogspot.com/

Detalle de las galerías superiores del Centro de Mayores Antón Martín.

Antes de la rehabilitación municipal, en los bajos del edificio estuvo abierta desde los años 70 la conocida “Taberna del Avapiés”. Como curiosidad, contar que este caserón fue utilizado para el rodaje de la famosa serie de Televisión Española “Fortunata y Jacinta”, dirigida por Mario Camus y estrenada en 1980.

Escalera de acceso a la planta superior.

Rincón del patio central, en el que se aprecian las basas de piedra, las columnas y las vigas de madera. 

Se puede acceder libre y gratuitamente a esta antigua cárcel, acudiendo en día laborable al Centro de Mayores y acreditándose en la recepción.


Fotografías:  Elena Alajarín.

Copyright © José Luis Rodríguez-Checa 2022.

Prohibida la reproducción total o parcial del artículo y las fotografías, salvo autorización escrita del autor.

 

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