EL PENTA, EL MÍTICO LOCAL DE LA MOVIDA MADRILEÑA.

Entrada principal al Penta por la calle Corredera Alta de San Pablo.

En 1976 abrió sus puertas el “Pentagrama”, un local del barrio de Malasaña ubicado en la esquina de la calle Palma con la Corredera Alta de San Pablo. Se inauguró entonces como un pionero “bar de copas”, toda una novedad en aquel Madrid de la Transición. Llamado popularmente el “Penta”, unía los conceptos de bar tradicional y de discoteca, con la clásica cabina de “disc-jockey”.

Fachada primitiva del Penta, forrada con madera pintada de azul oscuro. Desapareció en la reforma de mediados de los años 90. Fuente:  https://www.elpenta.com/ 

Placa metálica que estuvo en la puerta del  Penta desde su inauguración en 1976 hasta su sustracción en 1989. Recuperada en 2020, se encuentra hoy día en el interior del local. 

En poco tiempo el Penta se convirtió en un lugar innovador, considerado un auténtico “ buque insignia” de la modernidad.  Era frecuentado habitualmente por multitud de cantantes y artistas incipientes de la época, como Alaska, Burning, Los Elegantes, Glutamato Ye-yé, Ilegales, Nacha Pop, Radio Futura, Los Secretos, Almodóvar o Ouka Lele, entre otros muchos.

Imagen actual de la barra del Penta

Un joven cantante Antonio Vega sentado delante del mural pintado por su esposa Teresa. Fuente:  https://www.elpenta.com/ 

Este local está muy ligado a la historia del movimiento cultural y musical de la "Movida madrileña". El grupo Nacha Pop lo inmortalizó en su canción “La chica de ayer” (1980), considerada por muchos como el tema más emblemático de aquella época de apertura y libertad :

“Me asomo a la ventana, eres la chica de ayer

jugando con las flores en mi jardín.

Demasiado tarde para comprender,

chica, vete a tu casa, no podemos jugar.

La luz de la mañana entra en la habitación,

tus cabellos dorados parecen el sol.

Luego por la noche al Penta a escuchar

canciones que consiguen que te pueda amar”.

En el Penta sonaba la música de grupos extranjeros que entonces no eran conocidos en España.  Por ello mantuvo una muy buena relación con locutores y Dj´s de Radio Tres, ubicada entonces en la cercana calle Palma. Varias figuras de esta radio frecuentaban el local, intercambiaban con los dueños novedosos discos recién llegados de Londres,  e incluso “pinchaban” allí mismo esa música que también se escuchaba en la emisora.

Rincón del local con la cabina de disc-jockey, uno de los símbolos más destacados del Penta.

Fotografía en recuerdo de Antonio Vega que decora el local.

Algunos artistas que empezaban entonces su carrera llegaban a dejar allí sus maquetas, grabadas en sencillas cintas de cassette. El Penta y la emisora amiga de Radio Tres les daban la oportunidad  para que su música empezara a conocerse.

Grupo de amigos disfrutando de la noche. Fotografía realizada el 4 de diciembre de 1987 por el fotógrafo nocturno que trabajaba en el local. Colección del autor.

En un barrio de Malasaña que tenía determinados garitos en los que entonces únicamente podían acceder “mods”, “rockers” o “punkies”, este bar aglutinaba de forma natural a todas esas tribus urbanas, que convivían sin problemas bajo el mismo techo tomando una copa al son de la música. 

Mural que preside la pared del nivel superior del Penta.

Recuerdos discográficos que decoran las paredes del penta.

Estructurado en dos niveles, en el Penta destaca la amplia barra en ángulo recto, la clásica cabina del “disc-jockey” y un gran mural en la parte superior. Fue pintado por Teresa, esposa del músico Antonio Vega. Según nos cuenta Juanma, actual socio gerente, Antonio Vega pintó con sus propias manos en este mural la figura de un bafle, por lo que le gustaba posar en las fotografías delante de la colorida obra.

Antonio Vega delante del emblemático mural del Penta. Fuente :  https://www.elpenta.com/

Detalle del bafle que pintó Antonio Vega dentro del gran mural.

Antonio Vega estaba muy unido afectivamente al Penta, ya que su cuñado y algunos amigos suyos fueron socios del local durante una etapa. Por ello el cantante presentó alli en 1991 “No me iré mañana”, su primer disco en solitario. Frases y fotografías de Antonio Vega, imágenes del grupo  Nacha Pop, recortes de prensa, entradas y carteles de conciertos decoran este emblemático “bar-museo”, que forma parte indiscutible de la historia reciente de Madrid.

Detalle de la decoración del frontal de la barra del bar con recortes de prensa y fotografías.

Recuerdo de Antonio Vega con una frase de su canción "Lucha de gigantes"·en la pared del Penta.

A principios de los años 90 el Penta estuvo a punto de desaparecer, debido al declive de la propia Movida, la crisis económica y el profundo deterioro social que sufrió el barrio de Malasaña. Afortunadamente se libró del cierre al ser adquirido en  1995 por dos de sus antiguos camareros, Juanma y Chema. En esta aventura les unió el deseo personal de continuar el negocio y seguir manteniendo el inconfundible espíritu del local.

Cartel del concierto del 25 aniversario del Penta. Sala Arena 2001.

Colección de entradas de conciertos de la desaparecida sala Rock-Ola de la calle Padre Xifré de Madrid.

Clásico y actual a la vez, hoy día sigue siendo un lugar de referencia, muy visitado por numerosos turistas, por incondicionales de Malasaña y por nostálgicos de la Movida madrileña, deseosos de tomar una copa acompañados de música y vídeos de los años 80.

Cartel del concierto del 40 aniversario del Penta, que tuvo lugar en 2016 en la sala La Riviera. 

A unos metros del local, en el cruce de las calles Corredera Alta de San Pablo, Velarde y Fuencarral, el entonces alcalde Alberto Ruíz Gallardón inauguró en 2011 la plazuela de Antonio Vega (1957 – 2009). Era el sentido homenaje de la ciudad de Madrid al escritor, compositor y cantante del inolvidable grupo Nacha Pop.

Plazuela de Antonio Vega. Al fondo, la Corredera Alta de San Pablo.

Inauguración de la plazuela de Antonio Vega el 23 de marzo de 2011. Junto a su familia, acudieron músicos como Miguel Ríos, Teo Cardalda o Álvaro Urquijo. Fuente:  https://www.madrid.es/

Mi mayor agradecimiento a Juanma Alonso, socio gerente del Penta, por contarme historias y anécdotas del local y facilitarme la realización de las fotografías. Muchas gracias también a Elena Martínez, autora de las imágenes.

 

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