SAN CAYETANO, LA ESCONDIDA IGLESIA DE LA CALLE EMBAJADORES.
Hace pocos años se demolió un edificio ruinoso situado en la parte izquierda de la fachada de la iglesia de San Millán y San Cayetano, en la calle Embajadores 15. El solar quedó desde entonces vallado con un muro de ladrillo, horadado por un gran hueco. Hoy día todavía se pueden contemplar a través de una reja metálica los grandes contrafuertes y otros detalles constructivos del templo.
Lateral izquierdo de la fachada de San Cayetano, con el solar que quedó tras la demolición del edificio.Esta iglesia se encuentra injustamente emplazada en el primer tramo de la estrecha calle Embajadores, por este motivo carece de una perspectiva monumental acorde con su importancia histórica y su riqueza constructiva.
Fachada de San Cayetano, haciendo esquina con la calle del Oso.El origen del templo se remonta a comienzos del siglo XVII, cuando en unas casas particulares de la calle del Oso se abre un oratorio dedicado a San Marcos y a Nuestra Señora del Favor. Años más tarde se funda en este lugar una casa para la Orden de Clérigos Regulares llamados teatinos, que vivían de las limosnas y se dedicaban a ayudar a los más necesitados. El oratorio se puso entonces bajo la advocación de uno de sus fundadores, San Cayetano de Thiene.
San Cayetano con el Niño Jesús en brazos, en su capilla de la Iglesia.Tras conseguir en la
zona un solar para construir el templo, en 1669 comenzó a edificarse por el
arquitecto Marcos López. Las obras
se ralentizaron debido a motivos económicos, siendo continuadas más tarde por
los conocidos arquitectos José de
Churriguera y Pedro de Ribera.
No fue hasta 1761 cuando fue
totalmente finalizado gracias a Francisco
de Moradillo.
En el interior destaca su planta de cruz griega, poco usual en los templos madrileños. Inscrita toda ella en un cuadrado, posee tres naves, capillas en los cuatro ángulos cubiertas con cupulillas, y una gran cúpula central con tambor que aporta luz y una gran monumentalidad al conjunto.
Gran cúpula central del templo.En una capilla lateral una sencilla lápida indica el lugar donde está enterrado el
arquitecto y Maestro Mayor del Ayuntamiento Pedro de Ribera. Era feligrés de la parroquia y vivía justo
enfrente, en el número 26 de la calle Embajadores. La iglesia es sede desde 1970
de la Real e Ilustre Hermandad de la
Virgen del Rocío de Madrid.
Capilla y retablo de San Cayetano, con escalerilla de acceso al público para las ofrendas.
En el exterior sobresale la portada, atribuida a Pedro de Ribera. Está dividida en siete calles a base de pilastras gigantes de piedra rematadas con capiteles de orden compuesto, tiene tres grandes arcos de acceso y está revocada con ladrillo. Sobre los arcos tres hornacinas ricamente decoradas alojan las estatuas de piedra caliza de Nuestra Señora del Favor, San Andrés Avelino y San Cayetano.
Detalle de los arcos de acceso al templo y las hornacinas con los santos titulares.
A partir de los años 80 del siglo XX, gracias al impulso del párroco Don Clemente García, se restauraron las torres y se decoró el interior. Desgraciadamente no se remataron ambas torres con el chapitel de pizarra que llevaban originariamente.
Cuando en 1822 los teatinos fueron expulsados de Madrid, el convento quedó abandonado. Fue ocupado temporalmente por los frailes de San Gíl, mientras se reconstruía su convento madrileño. Con la ley de Desamortización de 1836 se transformó el cenobio en viviendas particulares, y la iglesia se convirtió en parroquia.
En 1869 se demolió la iglesia de San Millán Abad sita en la plaza de la Cebada, por lo que San Cayetano asumió la feligresía de la misma, motivo por el cual está dedicada a los dos santos.
El templo fue incendiado durante la guerra civil, perdiéndose todos los retablos y las obras de arte que atesoraba. El interior quedó en completa ruinas y únicamente se salvó la fachada, que logró mantenerse en pie gracias a la intervención de urgencia del entonces joven arquitecto Fernando Chueca Goitia.
A partir de 1952 el templo empieza a ser reconstruido por el Servicio Nacional de Regiones Devastadas y Reparaciones. Años después una comisión eclesiástica y laica, en la que destacó la ayuda de la conocida duquesa de Alba Cayetana Fitz-James Stuart, impulsó las obras hasta que pudo abrirse de nuevo al culto el 6 de agosto de 1962.
Detalle de los grandes pilares que sujetan la cúpula central.San Cayetano es un santo muy castizo y popular en Madrid, al que se suelen encomendar las personas desempleadas que buscan trabajo. Su festividad se celebra el 7 de agosto, con una sencilla procesión por las calles próximas al templo en el barrio del Rastro. Según cuenta la tradición, el santo concede una petición a la persona que acude a rezarle el día de su fiesta, le acompaña en la procesión y coge una flor de su carroza.
Copyright © José Luis Rodríguez-Checa 2022.
Prohibida la reproducción total o parcial del artículo y las fotografías, salvo autorización escrita del autor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario